La cabaña

La cabaña es una película con una orientación claramente religiosa, por tanto muy conflictiva entre los espectadores. Para muchos esconde un evidente intento de adoctrinamiento, y para otros es una simple fantasía religiosa, mientras que para los fundamentalistas cristianos es una abominación, puesto que presenta a Dios como una mujer, y además negra, o como un indio, algo inasumible para ellos, puesto que según su concepto Dios tiene que ser siempre un hombre blanco.

Para los no religiosos, el mensaje de perdón y misericordia que transmite la película, incluso para quien secuestra y mata a tu hija, o para un padre que maltrata a la madre y la hija, es simplemente inaceptable y no debe transmitirse nunca, por lo que valoran la película como basura para los cinefórums cristianos. En cualquier caso, la polémica está servida, y cada cual la juzgará de acuerdo a sus creencias religiosas, que no tienen porqué ser la verdad, ni mucho menos estar en posesión de la razón.

• Título original: The Shack
• Año: 2017
• Duración: 130 minutos.
• País: Estados Unidos.
• Director: Stuart Hazeldine
• Guionistas: John Fusco, Andrew Lanham, Destin Cretton.
• Fotografía: Declan Quinn
• Música: Aaron Zigman
• Actores: Sam Worthington, Octavia Spencer, Tim McGraw, Radha Mitchell, Graham Greene, Megan Charpentier, Ryan Robbins, Gage Munroe, Jordyn Ashley Olson, Alice Braga, Sumire Matsubara, Avraham Aviv Alush, Lane Edwards, Carolyn Adair.
• Productora: Summit Entertainment
• Género: Drama

Las voces de los fundamentalistas cristianos han llegado al cielo (nunca mejor dicho), con esta película que catalogan abiertamente de abominación, por presentar a su santísima trinidad con Octavia Spencer, una mujer y además negra, como Dios, a Avraham Aviv Alush, un actor judío, como Jesucristo y otra mujer, y además asiática, como el espíritu santo, interpretado por Sumire Matsubara.

No queremos ni imaginar lo que habría sucedido si hubiesen presentado a Jesucristo también con otro actor negro, o gay, pero para los cristianos fundamentalistas, que sea judío es casi lo mismo. Lo cierto es que todas estas posturas fanáticas de opinión, han dado alas a quien asegura que la única iglesia que brilla es la que arde, y que dentro de ellas se encuentra la semilla del odio, la desigualdad y la discriminación. Tampoco ha faltado quien ha llamado a las monjas a la rebelión, para reclamar su condición de sacerdotisas.